Han cerrado mi «cole».

Eran las 8:00 A.M. de cualquier día de la semana de lunes a sábado, de cualquier mes de septiembre a junio. Un niño de 4 años, acompañado de su hermano mayor de 6 años salían de su casa para dirigirse al Colegio que sus padres, por proximidad, habían elegido para ellos. Entre su domicilio de un barrio trabajador y el colegio no había más de 400 metros. La circulación era escasa, la ruta, muy variable, nos la conocíamos al dedillo. Por el camino se iban agregando a la comitiva unos cuantos niños más de la misma edad. No tardábamos mucho en hacer el recorrido. Quizá 10 minutos, aunque no nos apresurábamos en llegar, siempre salíamos con tiempo.